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Esa vez en la playa (1?)

Imagen de sanrian6

Santi, 32 años, aburrido de la rutina... Desde los 20 ya estaba un poco harto de lo de siempre, nunca encontraba nada que me hiciera palpitar el corazón como lo hacían los desnudos, el voyeurismo y el nudismo que descubrí a los 25...

Un acierto haber ido a la playa nudista esa vez, solo, sin ninguna red de protección ni paracaídas. No sabía lo que me iba a encontrar... La liberación fue plena, estaba yo desnudo, tomando el sol y a mi alrededor un montón de gente de distintas nacionalidades en una de las mayores playas nudistas de Francia. Con mi fuerza de voluntad conseguía no mirar directamente a nadie y sin embargo allí estaba, mi mayor deseo de estar rodeado de gente desnuda, sin tapujos, sin miedos, sin complejos. Todos los genitales dispuestos a ser mirados y acariciados por el viento. Todas las personas de distintas edades compartiendo la misma afición. Estar sin ropa. Muchos de ellos veía que se acariciaban picaronamente y claro, solo de pensarlo ya tenía una erección.

Mi primera erección en una playa nudista. Menudo complejo. No sabía ni cómo reaccionar. Allí estaba yo, mirando discretamente a esa pareja que se tocaba sin discreción alguna, ella masajeando el pene de él que no estaba ni siquiera erecto y él acariciándole y mordisqueandole los pezones a ella, los dos Tumbados en las toallas de cara al mar. Yo allí mirando, viendo el subir y bajar de la mano de ella subiendo y bajando el glande. Ella con las piernas un poco abiertas dejándome ver parte de su vulva y su derrier. 

No quise masturbarme pues me parecía de muy mal gusto para quien no estuviera dispuesto a verme. No sabía siquiera si se podía hacer eso. Había visto en las películas y vídeos amateur que muchos extraños se acercaban a alguna pareja que estaba tontorrona de jugueteos pero yo tenía demasiado miedo para acercarme. La erección me iba a matar. Quería que unos labios cubrieran todo mi miembro y eyacular y tener un orgasmo increíble como los que hacía mucho tiempo no tenía. 

Me tuve que ir al agua un poco cabizbajo y sonrojado, con vergüenza por mi erección y por si alguien me veía así. Ya en el agua pude masturbarme y me corrí enseguida. No quería salir con otra erección y me puse a pensar en otras cosas. Salí y me fui al hotel a calmarme para meditar sobre lo que hacía allí y qué estaba pansando por mi mente.

No soy un mirón ni un pajillero...

O si?

Continuará