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UN JUEGO MUY EDUCATIVO

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Anónimo (no verificado)
UN JUEGO MUY EDUCATIVO

UN JUEGO MUY EDUCATIVO

Cuando se trata de pasarlo bien, y el sexo no te cohíbe, la imaginación es el mejor aliado….y algunas veces el amante màs generoso.

Esta vez iban a jugar a otra cosa. Importante el atrezzo. Los protagonistas, claro està, pero sobre todo la puesta en escena. Asì que lo prepararon unos dìas antes, y el dìa de la función…Funcionò.
O no. Ya diréis:
Vaciaron la habitación de muebles, dejando sòlo las alfombras, unos cuantos cojines en los bordes y una colchoneta forrada de un tejido muy agradable, en el centro de la misma. Colgaron tres espejos en el techo. Uno central, totalmente horizontal y sus dos compañeros en àngulo de cuarenta y cinco grados junto a èl, de manera que no se perdiese ni un centímetro de la escena a desarrollar sobre la colchoneta instalada en el suelo, justo debajo del trìptico.
Velas que aromatizasen el ambiente, y permitiesen completar las luces tenues que instalaron para ambientar adecuadamente el desarrollo de la representación.
Ocho en punto de la tarde, y los asistentes comenzaron a entrar: Cuatro parejas anónimas conocidas y citadas a través de un portal de la web para estos temas. Tras recibirlos Antonio, fueron pasando al salòn, acomodándose sobre los cojines elegidos y con una copa en la mano recibida de muy buen grado . Tras las frases de rigor y el período educado de confraternización entre las parejas, Eva salió a presentarse. Serìa el objeto primero de la obra, dejando a los asistentes en desarrollo restante de la misma. Vestìa una bata larga, bajo la cual se vislumbraban unas medias negras de encaje cubriendo unos pies aùn descalzos.
Al retirarse, su chico puso música escogida para la ocasión, y durante unos instantes esperaron ver què ocurrìa a continuación.
Cuando la música bajò ligeramente, Eva apareció de nuevo por la puerta esta vez desprovista ya de toda ropa. Tan sòlo unas las medias que antes se adivinaban, ahora lucidas en su totalidad, sujetas a su cintura por un fino liguero incorporado en la prenda y ahora ya con tacones infinitos sòlo compensados en parte por las alzas exageradas del propio zapato, que conferìan a la modelo, unas piernas sin fin, ya de por sì largas de origen. Dos largos guantes negros en sus manos subiendo hasta arriba del codo, y un pequeño antifaz como complemento al atuendo. Su cuerpo desnudo y depilado, aceitado generosamente, brillaba acompasado al titileo de las velas.
Un silencio expectante se produjo cuando la modelo recorriò los escasos metros hasta llegar al centro de la habitación. En ese momento, la música cambiò. Eva comenzó a moverse acompasadamente y el ambiente se cargò de un tipo de electricidad tan densa similar a las primeras entradas a un sueño pesado y dulce. Nadie decía nada, y los ojos de las ocho personas seguían los movimientos de la bailarina con tal intensidad que hubieran podido rozarla con la mirada. Giro tras giro, vuelta tras vuelta, su cuerpo desnudo dibujaba posturas imposibles de memorizar porque la atención se trasladaba a la siguiente postura. La temperatura ambiental se elevaba, y la corporal también, en especial en aquellos momentos en que el giro y la flexión abrìan nuevas vistas de su cuerpo. Poco a poco, cada uno de los asistentes fue conociendo sin reparos el cuerpo de Eva, y sòlo cuando èsta comenzó a quitarse de manera sensual sus dos guantes, comprobaron que quedaba aùn piel por desnudar. Hasta entonces, medias y guantes habían formado una simbiosis de erotismo total.
La flexibilidad de la protagonista permitìa posturas arriesgadas, y cuando en una de ellas, sin doblar las piernas agachò todo su torso, dejando claramente a la vista la zona anal y su vulva, los primeros crijidos de ropa al moverse y de respiraciones acelerándose se dejaron oir. La mùsica bajò de nuevo de volumen, hasta permanecer en un puro sonido ambiental y fue entonces cuando Eva se tumbò sobre la colchoneta, transformando su baile vertical, en una danza horizontal en que sus piernas y manos se frotaban y entrelazaban como bailarines retozando en el agua.
Fue el momento cuando algunas parejas empezaron a despojarse de ropa, apareciendo las primeras prendas de lencerìa. Incluso cuerpos desnudos.
Interrumpió en voz baja Antonio :-“Sabèis que no podèis interactuar con vuestra pareja. Solo con vosotros mismos”
Y según fue subiendo la intensidad de la escena desarrollada por la modelo, 16 manos empezaron a recorrer sus desnudos cuerpos en búsqueda de placeres deshinibidos y lujurias incontenidas.
Eva tendida sobre el suelo, contoneaba sus caderas, elevaba su pelvis y mostraba abierta todo el explendor de su sexo, que comenzaba a crecer como una flor al ritmo de los movimientos de su mano. Cuando se girò quedando a cuatro patas y sus senos colgaron queriendo emular la forma que sus pezones excitados marcaban, un murmullo de admiración se produjo en la sala, mezclado con los primeros jadeos y respiraciones entrecortadas. La excitacìòn de la sala subìa por momentos . Bailarina y espectadores rivalizaban en la propia masturbación. Dedos que entraban y salìan,; caricias desaforadas y bombeos acelerados buscaban todos por igual un mismo fin de placer. Sòlo uno permanecía ajeno a los juegos, pues era el rol que le había tocado asumir ese dìa. No se le permitìa el onanismo. Tan sòlo su miembro erecto por la visión del espectáculo y en especial de su chica dominando el morbo y la pasión de la escena.
Cuando èste le entregò el consolador, durante unos unos instantes cesò la actividad del público, centrando en exclusiva de nuevo la atención en la protagonista del show.
Eva continuaba a cuatro patas, pero había pegado la cabeza al suelo ,extendiendo los brazos, dejando asì su culo en pomba y permitiendo jugar con èl màs fácilmente. Antonio aceitò meticulosamente el objeto que por su dimensión, necesitaba serlo correctamente para no forzar el sexo de su chica. Asì, muy engrasado, consiguió suavemente introducir la mayor parte del dildo. Este era de medidas considerables, tanto el largo, que no sería necesario, como asì el ancho, que parecía imposible penetrar por ahì. Pero la modelo estaba muy exctada, y su propia masturbación había dejado la puerta muy abierta, incluso para un visitante tan formidable como el que la acechaba.
Cuando se le introdujo por primera vez, sus labios vaginales se abrieron de tal forma, que tensaron la piel hasta la ingle,. Pero se deslizò hasta el interior con mayor facilicidad de lo pensado a la vista del tamaño. Cada vez que entraba, tenía la misma sensación : Al salir, una parte de su interior parecía querer marchar pegado al mismo. Pero era mayor el efecto en su interior. Toda ella se llenaba con los bombeos del consolador, y su punto G empezaba a acusar los efectos del roce despiadado . Sintiò su clìtoris a punto de estallar y fue cuando le pidiò a su chico tomar el control de su propia masturbación. Nada de esto se perdieron sus espectadores, entregados ya totalmente al desenfreno, y alguna esperaba con ansiedad, tener al oportunidad de probar aquel engendro despiadado.
Nadie fue consciente de que la música habìa desaparecido. Y la luz también. Solo las velas y un foquito instalado en una esquina del techo, iluminaban la escena. Pero la luz también parecía querer follarla, centrada en su entrepierna.
Jadeos constantes, y segundas vueltas de masturbación en algunos espectadores, obligaban casi a un bis de escena. Un crescendo culminar que elevara lo visto y sentido hasta ahora. Otro juguete similar, algo màs pequeño y encorvado lo acercò Antonio para que Eva completara la explosión de lujurìa en los asistentes. Ambos consoladores coincidirían en su interior. Uno a través de su sonrisa vertical que ya conocía sobradamente, y su nuevo visitante por la puerta trasera. Sus caderas parecieron dilatarse. Su ombligo cambiò de orientación resultado de los dos enormes intrusos en lo que antes era una zona pélvica plana y ahora un escenario de explosiones de dilataciones y contracciones. Todo se deformaba. Todo parecía explotar. Un grito final fruto del orgasmo de la modelo, sacò a los asistentes del trance en que se encontraban. Cuando Antonio extrajo lentamente ambos dildos de su interior y ella forzó con sus manos la abertura de sus labios, un último gemido se escapò de algún/alguna espectadora.
-“ Fin de la actuación”- Ya podeìs follar entre vosotros….Y follaron. Y alguna probò los dildos. Es cuando compruebas lo que llegan a estirarse los preservativos………