En una librería
Me gustaría entrar en una librería y, mientras miro las primeras páginas de un libro, charlar con un hombre encantador y luego, sin saber ni siquiera su nombre, follar entre las estanterías de la librería o en el almacén, con el olor de los libros recién impresos. Mi marido cree que es casi imposible de conseguir y yo también, pero es mi fantasía.